«La economía de la atención, una carrera interminable»

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El mundo de la digitalización se ha extendido en todos los aspectos de nuestra vida, en el trabajo, el hogar, la escuela y hasta en los momentos de ocio, las nuevas tecnologías han transformado nuestra forma de ver la vida y de relacionarnos con los demás. 

El concepto de economía de la atención fue acuñado por Herbert Simon en 1969. Según Simon, la creciente y desbordada abundancia de información en la esfera productiva genera una gradual escasez de atención humana. Es por todos sabido que, a mayor información disponible, mayor la escasez y mayor el valor de nuestra atención. Con la masificación de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, en particular del internet, la noción de economía de la atención se ha vuelto una categoría central en el mundo de los negocios.

En la era digital, la “economía de la atención” se ha convertido en un campo de batalla en donde las empresas compiten por captar y retener la atención de los consumidores. En esta carrera interminable, el tiempo y la atención de las personas se han transformado en bienes muy preciados, y las empresas están dispuestas a hacer lo que sea necesario para obtenerlos.

En esta desmesurada carrera, las plataformas digitales son los principales contendientes. Empresas como Google, Facebook, Instagram, YouTube y Tiktok compiten ferozmente por cada minuto de atención de los usuarios. Utilizan algoritmos muy sofisticados, datos personales y estrategias de diseño para mantener a las personas enganchadas a sus plataformas durante el mayor tiempo posible. Cada «me gusta», cada clic y cada desplazamiento se convierte en una victoria en esta batalla por la atención. El Big Data y la publicidad se han convertido en la joya de la corona. 

La pregunta del millón es ¿Qué beneficios o daños pueden reportar las nuevas tecnologías y las redes sociales a los usuarios? Esta carrera encierra consecuencias significativas para nosotros. En primer lugar, está teniendo un impacto en nuestra salud mental y bienestar. El constante bombardeo de información, notificaciones y contenido adictivo puede llevar a la fatiga digital, la ansiedad y la pérdida de concentración. Estamos constantemente distraídos, saltando de una cosa a otra sin realmente sumergirnos en nada.

Además, la economía de la atención está erosionando nuestra privacidad y capacidad para tomar decisiones informadas, cada vez actuamos más como manada y menos, como seres independientes y racionales respecto de toda la información que recibimos a diario.  Las empresas recopilan grandes cantidades de datos personales para personalizar el contenido y las experiencias, pero, esto también puede utilizarse para manipular nuestras acciones y opiniones. Estamos siendo vigilados y manipulados sin siquiera ser conscientes de ello.

Quizás lo más preocupante es que esta carrera parece no tener fin. A medida que la tecnología avanza, las formas de captar nuestra atención se vuelven más sofisticadas y omnipresentes. Estamos constantemente conectados, siempre disponibles para ser bombardeados con más contenido y más publicidad.

Toda vez que la atención es un bien escaso, las empresas seguirán compitiendo por obtenerlo a costa de nuestra tranquilidad y bienestar.  Entonces, ¿cómo podemos escapar de esta zona de guerra comercial? No existe una sola respuesta, pero podemos comenzar por tomar conciencia de cómo estamos siendo manipulados y tomar medidas para proteger nuestra atención y nuestra privacidad. Aunque resulte difícil en un principio, podemos limitar nuestro tiempo en las redes sociales, desactivar las notificaciones innecesarias y ser más selectivos sobre el contenido que consumimos. Al hacerlo, podemos recuperar el control sobre nuestras vidas y evitar ser arrastrados por la vorágine de la economía de la atención. Si quieres conocer más acerca del tema comunícate con nosotros, tenemos cursos y talleres para ayudarte a crecer y posicionarte en el mercado. Gracias por leer el articulo escrito por Carmen Benavides Directora de contenidos en Trainn.

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