Cada época se distingue por el cúmulo de paradigmas que prevalecen en las organizaciones y que las mueven a crear nuevas condiciones económicas, políticas, sociales y culturales, sin embargo, la era digital ha sorprendido a propios y extraños por el acelerado avance tecnológico que ha provocado la interacción constante entre humanos y máquinas. Este modelo conocido como el “Centauro digital” plantea una sinergia entre la inteligencia humana y el desarrollo de las distintas tecnologías, permitiendo la toma de decisiones más informadas y estratégicas.
En los últimos años se ha incrementado de manera exponencial la dependencia de las personas hacia la tecnología, lo cual ha generado un desafío sin precedentes: “La tercerización del conocimiento”, pero, antes de explicar los peligros que conlleva dicha tercerización, primero hablemos de la metáfora del Centauro digital.
La mitología griega se ha distinguido por presentarnos personajes realmente asombrosos y entre estos encontramos al centauro, esta figura mitológica tiene en su parte superior el cuerpo de un humano y en su parte inferior la forma de un caballo. El centauro representaba la dualidad entre la razón humana y la fuerza animal.
En el ámbito tecnológico, este concepto representa una integración entre el pensamiento humano y la computación avanzada, en la que la tecnología “no reemplaza”, sino que potencia las habilidades cognitivas de los individuos. En la medida en que las empresas y las escuelas adopten este enfoque, se verán mejoras importantes en el rendimiento de las personas a partir de utilizar herramientas como la inteligencia artificial, el análisis de datos y la automatización, con la única condición de que se mantenga el control sobre el proceso cognitivo y decisional.
Actualmente, un sinfín de personas, jóvenes y adultos están depositando una confianza ciega en los sistemas tecnológicos, sin cuestionar ni comprender su funcionamiento. Uno de los peligros más latentes en esta interacción es la tercerización del conocimiento porque, las personas sin el menor sentido crítico y reflexivo pueden estar delegando completamente el análisis, la creatividad y la toma de decisiones a las máquinas, reduciendo su capacidad para cuestionar y evaluar críticamente la información generada por estas. Este fenómeno es especialmente preocupante en sectores como la educación, la medicina y la gestión empresarial, donde el juicio humano, la creatividad y la empatía siguen siendo insustituibles.
Es necesario que pongamos manos a la obra y desarrollemos una educación digital crítica. Esto implica que los estudiantes en las escuelas, los colaboradores en sus empresas y todas las personas involucradas con la tecnología, aprendamos no solo a utilizar las herramientas tecnológicas, sino que también comprendamos sus principios, alcances y limitaciones.
No es conveniente que el centauro digital gobierne más por la velocidad de las patas que de la mente y la sensibilidad que nos distingue como humanos, no podemos permanecer pasivos, pensando que la tecnología nos resuelve absolutamente todo, ya que, oprimir un botón significa poner atención y ser reflexivos respecto de los que estamos haciendo.
Un docente que utiliza inteligencia artificial para planear y preparar sus clases debe entender cómo funciona el algoritmo que le proporciona recomendaciones, al igual que un empresario que emplea sistemas de análisis de datos debe interpretar adecuadamente los resultados antes de tomar decisiones estratégicas.
El Centauro digital es una metáfora poderosa para el futuro del trabajo y la educación en la era de la inteligencia artificial. Sin embargo, para aprovechar plenamente esta fusión entre humanos y tecnología, es crucial evitar la tercerización del conocimiento. Solo a través de una educación crítica y una interacción consciente con la tecnología se podrá garantizar que la humanidad siga siendo la fuerza impulsora detrás de la innovación y el progreso. Si quieres conocer más acerca del tema comunícate con nosotros, tenemos cursos y talleres para ayudarte a crecer y posicionarte en el mercado.
Por Carmen BEnavides, Directora de Contenidos, Trainn, Mx.
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