El neurólogo y psiquiatra Viktor Frankl en su obra «El hombre en busca de sentido», sostiene que la felicidad se encuentra al buscar un sentido profundo y significativo en la vida, incluso en medio de las dificultades. La felicidad es un valor muy preciado por el ser humano y desde tiempos ancestrales ha sido considerado como una meta fundamental en nuestra vida.
La búsqueda incesante de la felicidad es una constante en la vida humana. Sin embargo, en este afán de alcanzar la tan anhelada dicha, a menudo caemos presa de lo que podríamos llamar la «felicidad tóxica». Este fenómeno se manifiesta cuando la persecución desmedida de la alegría se convierte en un veneno existencial, afectando negativamente nuestra salud mental y emocional.
Existen muchos factores que promueven la felicidad toxica, pero uno de los principales es la presión social. La era de la hipercomunicación viene marcada por una exposición constante de “vidas aparentemente perfectas” de los demás a través de las redes sociales. Todo lo que se muestra en Facebook e Instagram, por mencionar algunas redes, parece un cúmulo de historias sacadas de cuentos de hadas, porque todo parece perfecto: personas perfectas, familias perfectas, parejas perfectas, en fin, vidas perfectas.
A menudo se nos olvida que, las imágenes son cuidadosamente seleccionadas y las descripciones idealizadas de la realidad para crear un estándar irreal de felicidad que nos insta a compararnos con los demás. A la gente no le interesa mostrar lo real, pero crea realidades que distan mucho de lo que sucede en la vida cotidiana. Esta comparación constante puede generar sentimientos de insuficiencia y autoestima disminuida, convirtiendo lo que debería ser un viaje personal hacia la felicidad en una competencia sumamente agotadora.
Otro factor que contribuye a la felicidad tóxica es la cultura de la “positividad tóxica”, donde se promueve la idea de que siempre debemos estar felices y pensar positivamente, incluso en situaciones adversas. Las redes sociales también han contribuido en gran medida en la difusión de un pensamiento positivo constante. Es común escuchar frases como: “Tú siempre puedes” “Solo buenas energías” “Di no a la negatividad” “A mal tiempo, buena cara” y la lista es interminable, pero un hecho es que, esta expectativa irreal crea una presión adicional para ocultar nuestras emociones genuinas, llevándonos a ignorar o reprimir sentimientos legítimos de tristeza, enojo o frustración. A largo plazo, esta negación de emociones puede generar una carga emocional insostenible.
La obsesión por el éxito material y profesional también alimenta la felicidad tóxica. La sociedad contemporánea tiende a medir el valor personal en función del estatus, la riqueza y el reconocimiento externo. La búsqueda implacable de estos objetivos puede llevar a una desconexión con nuestras verdaderas pasiones y valores, dejándonos atrapados en una búsqueda interminable de logros superficiales que, en última instancia, no contribuyen de manera significativa a nuestra felicidad interna.
La felicidad tóxica también se manifiesta en la cultura del consumo desenfrenado. La publicidad y la sociedad de consumo nos instan constantemente a buscar la felicidad a través de la adquisición de bienes materiales. Esta mentalidad puede generar una búsqueda compulsiva de la satisfacción a través de la posesión de objetos, creando una dependencia emocional de la compra impulsiva y la acumulación de bienes que, a largo plazo, solo brindan gratificación efímera.
Para contrarrestar la felicidad tóxica, es crucial cultivar una comprensión más realista y equilibrada de lo que significa ser feliz. Esto implica aceptar todas nuestras emociones, como partes legítimas de la experiencia humana. Además, es esencial alejarnos de las comparaciones perjudiciales y abrazar nuestras singularidades individuales. Fomentar relaciones auténticas y buscar la realización personal más allá de los estándares externos también puede ser clave para escapar de la trampa de la felicidad tóxica. Si quieres conocer más acerca del tema comunícate con nosotros, tenemos cursos y talleres para ayudarte a crecer y posicionarte en el mercado.
Por Carmen Benavides, Directora de Contenidos Trainn mx
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