Las 3 competencias personales para el siglo XXI

El mundo de los negocios se encuentra en constante cambio, las prácticas empresariales atraviesan una transformación donde el metaaprendizaje es una necesidad que tenemos que asumir con compromiso y responsabilidad; el siglo XXI nos demanda romper paradigmas y subirnos al cambio; ya lo decía Ricardo Ferraro (1999) “te subes al tren o eres la vía, el tren avanza, la vía permanece estática”. Vivimos una realidad donde tenemos que estar enchufados, no solamente a la tecnología, sino a las nuevas tendencias que nos exigen una nueva forma de ver y entender las cosas. 

Actualmente, muchas organizaciones están seleccionando a personas con una gran capacidad de adaptación en un entorno colaborativo, y que requiere de perfiles asociados a unas competencias profesionales especificas donde el conocimiento, la actitud y los valores juegan un papel fundamental al momento de enfrentar los retos que trae consigo su desempeño dentro y fuera de la empresa.

Las competencias personales están íntimamente relacionadas con las profesionales, ya que, frente a los desafíos que nos presenta la vida, es fundamental tener capacidad para trabajar en equipo, tomar decisiones en un ambiente de incertidumbre, comunicarse efectivamente, gestionar el tiempo y enfrentarse con asertividad a las dificultades que enfrentamos cotidianamente. Y entonces ¿cuáles son las tres competencias personales para hacer frente a las condiciones del siglo XXI? Son las siguientes:

  1. Racionalidad: Es necesario cambiar la interpretación de lo que estamos percibiendo, a la luz de un sentido crítico y reflexivo que nos permita convertir un problema en una oportunidad para crecer y aprender. Comúnmente, cuando enfrentamos una dificultad, pensamos que el mundo se viene abajo, y que no hay más opciones, pero si gestionamos la racionalidad entonces podemos generar interpretaciones alternativas a lo que está sucediendo en nuestro entorno. Si analizamos detenidamente todo aquello que no nos permite avanzar hacia nuestro objetivo, caeremos en la cuenta de que, lo que estamos haciendo no corresponde a lo que estábamos reflexionando. No está mal equivocarse, sin embargo, hay que recordar que somos cada uno de nosotros los que cuando nos caemos, determinamos y decidimos si nos hemos caído en un bache o en una tumba.
  2. Emocionalidad: Las emociones son mecanismos que nos ayudan a reaccionar con rapidez ante acontecimientos inesperados que funcionan de manera automática, son impulsos para actuar. Las emociones son propias del ser humano y, por lo tanto, es normal sentir enojo, miedo, tristeza o alegría frente a una situación; todas las emociones son válidas; no hay emociones buenas o malas; todas son necesarias para hacer frente a las circunstancias que se presentan en la vida; sin embargo, es necesario gestionar esas emociones; pues hay que reconocer que enojarse, estar triste o sentirse feliz no es malo, no obstante, si no las regulamos entonces puede generar resultados muy negativos;  las emociones no solamente pueden influir en las decisiones que tomamos, sino también en la celeridad de nuestras respuestas y con ello podríamos afectar nuestra vida personal y la relación con los demás.
  3. Corporalidad: Debemos recordar que el proceso comunicativo no se reduce únicamente a mensajes verbales, pues cada vez que conversamos con los demás, nuestro cuerpo se convierte en un poderoso conjunto de canales a través de los cuales hablamos acerca de nuestra personalidad e identidad, expresamos nuestras emociones y sentimientos. Puedes expresar muchas ideas a través de las palabras, sin embargo, la realidad es que, los demás siempre estarán atentos a la forma en cómo lo expresas a través de gestos, miradas o incluso hasta el silencio comunica algo acerca de ti y tus necesidades. El tema de la comunicación es tan antiguo como el hombre mismo, sin embargo, seguimos teniendo muchos problemas en las relaciones humanas porque no hemos aprendido a gestionar la corporalidad y corremos el riego de enviar mensajes opuestos a lo que realmente deseamos transmitir.

Gestionar estas tres competencias, será de mucha ayuda al momento de enfrentar las dificultades de orden personal y laboral en la vida cotidiana.

Por Carmen Benavides

Directora de Contenidos TraInn MX

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